A lo largo de los años, han habido innumerables definiciones de tartamudez. Estas definiciones pueden variar desde diferentes experiencias y perspectivas (desde personas que tartamudean, investigadores y clínicos o hasta la sociedad en general). El término “tartamudez” puede referirse a conductas del habla que se consideran atípicas, como repeticiones de sonidos y/o sílabas, prolongaciones y/o bloqueos de naturaleza involuntaria y de duración variable. La persona que tartamudea experimenta una pérdida de control que puede conducir a reacciones conductuales, cognitivas, emocionales y fisiológicas. Estudios recientes indican que para los adultos que tartamudean “el término tartamudez significa una constelación de experiencias más allá de las conductas observables de disfluencias del habla que se definen típicamente como tartamudez”, por lo que el término puede utilizarse de manera holística para describir el impacto general de vivir con esta condición (Tichenor & Yaruss, 2019).