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Tartamudez en Adolescentes

¿Te has sentido alguna vez limitado por algo que no puedes controlar? Para los adolescentes que tartamudean, esta sensación puede ser una constante en su vida diaria. Más allá de las dificultades en el habla, la tartamudez puede generar emociones como frustración, vergüenza o miedo al rechazo, afectando su bienestar emocional y su autoconcepto. Estas experiencias, especialmente en una etapa tan sensible como la adolescencia, pueden interferir en cómo perciben sus capacidades y en cómo se relacionan consigo mismos y con los demás.

¿Cómo es la experiencia de tartamudear en la adolescencia?

La tartamudez es mucho más que las disfluencias visibles, como repeticiones, prolongaciones o bloqueos. ¿Te imaginas querer decir algo y no poder, aunque sabes exactamente lo que deseas expresar? Para muchas personas que tartamudean, este es un desafío diario. Y es natural que a menudo pueda manifestarse reacciones asociadas como movimientos corporales, tensión en la cabeza o el cuello u otros comportamientos como intentar sustituir palabras temidas o evitar hablar en determinadas situaciones debido a la dificultad para gestionar la sensación de pérdida de control que siente la persona cuando tartamudea. Además, es habitual que el habla varíe en función de la situación o incluso del día, ya que la tartamudez se caracteriza por la variabilidad.

La adolescencia, por sí misma, ya es una etapa desafiante en la vida de cualquier persona. Es un periodo de grandes cambios físicos, emocionales y sociales, en el cual los adolescentes buscan definir su identidad y encontrar su lugar en el mundo.

¿Cómo afecta la tartamudez más allá del habla?

Existe el mito de que la tartamudez está ligada a causas psicológicas, como la vivencia de acontecimientos traumáticos, o surge del perfil de un niño nervioso. Sin embargo, en la actualidad, disponemos de varios estudios que demuestran que la aparición de la tartamudez está relacionada con la interacción entre factores genéticos, neurológicos y ambientales. En la logopedia, este será un tema que se abordará para ayudar a las familias a comprender mejor la tartamudez de su hijo e identificar posibles factores que puedan estar facilitando o dificultando la fluidez del niño.

Por eso, trabajar no sólo el habla, sino también las reacciones y experiencias emocionales asociadas, es esencial para afrontar los desafíos de la comunicación con mayor confianza y bienestar.
¿En qué consiste el tratamiento?
¿Es posible que un adolescente que tartamudea mejore su experiencia al comunicarse? Sí, el tratamiento va más allá de la fluidez del habla, ya que abarca las actitudes, las emociones y el comportamiento en la comunicación. Por lo tanto, las sesiones individuales ayudan a resolver las dificultades actuales y, al mismo tiempo, preparan a los adolescentes para comunicarse con más libertad y confianza en el futuro. El tratamiento se adapta a las necesidades individuales de cada persona y se desarrolla con objetivos específicos.
Para saber más sobre la tartamudez, visite nuestra página de Noticias
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