La tartamudez puede surgir a los 18 meses y el tratamiento logopédico debe realizarse lo antes posible tan pronto como se detecten las interrupciones en el habla. Debido a la neuroplasticidad que los niños presentan, la probabilidad de que la tartamudez desaparezca es mucho mayor en esta franja de edad, de este modo, la derivación temprana al logopeda es fundamental.